jueves, 4 de octubre de 2018

LA INCOHERENCIA DEL REBAÑO.

Lo primero que debo mencionar es que esto lo escribe un ser imperfecto, humano y pecador, una persona que falla diariamente pero también un ser humano reflexivo y con inteligencia existencial. O al menos, en el análisis de los tipos de inteligencia, esa fue la que más hizo palpitar mi corazón pues me identifiqué por fin en un nicho, como quien ve un oasis en medio de un desierto.

Escuchando a Jesús Adrián Romero, cantante de música cristiana o mal llamada Gospel -yo la llamaría música espiritual- reflexioné sobre la vida de Jesús y su influencia en el mundo, sobre el verdadero mensaje de Dios. Es cierto que no es fácil comprender el libro sagrado de la biblia, para eso se requiere de capacidad de reflexión, orientación, fe y mucha oración clamando sabiduría. El poder de la oración es infinito, pero mucho más el de la fe. Pero me desvié un poco, lo importante acá es el verdadero mensaje de Dios a través de la vida de Jesús, que de por sí es el mensaje para encaminar la desorientación de nuestras vidas. Lo que aprendí leyendo, escuchando a amigos y disfrutando a compositores como Jesús Adrián, es que la respuesta está en imitar la vida de Jesús, una de sus canciones dice textualmente: "Y al conocer tu corazón, mi mundo se hace pequeño, se desbaratan mis sueños. Y al descubrir tu gran amor, cobra sentido mi vida, todo problema se olvida". Debo aceptar que antes de llegar a esta reflexión esto estaba en mi vida de manera muy vaga, no lo comprendía. Pero para explicar qué es imitar la vida de Jesús, primero se debe comprender la incoherencia del rebaño.

La incoherencia del rebaño no es una crítica con látigo a la manera como se comprende el mensaje de Dios, pero sí es un llamado de atención y una alerta a cómo comprendemos las escrituras y más allá de eso, a la manera cómo comprendemos la vida misma. ¿Me creerían si les digo que comprendí el poder de la vida de Jesús entendiendo el poder de la vida del profeta Maoma o Mohammed para los árabes? Sí, estudiando inglés con mi amigo Mohammed en el Reino Unido -Para no confundirlos debo explicarles que ellos se llaman Mohammed como su profeta y que es el nombre más popular del mundo, así como hay miles de "Jesuses" en nuestros países- descubrí el poder de la enseñanza de este profeta en la tierra. Mi amigo lo seguía al pie de la letra, era una persona colaboradora, amorosa, noble, humana. Me enseñó que su profeta tenía un vecino que no lo quería, le dejaba la basura en su casa y le hacía la vida imposible, sin embargo, el profeta Mohammed terminó cuidándolo en su lecho de muerte. Un corazón noble por encima de nuestros corazones, y ese Musulmán, mi amigo Mohammed, era un hombre dispuesto a dar antes que pedir cualquier cosa, rompió mis paradigmas sobre su cultura y fue uno de los que hizo mi experiencia en el exterior muy superior a mis expectativas.

La manipulación de las personas en las elecciones de nuestros líderes, una iglesia que pide doce personas y dinero porque entraste o porque te bendicen con tu salario. Un pastor que se cree un ser superior y obliga a su iglesia a invitarlo a comer. Arrinconar a los homosexuales, poner en el último escalón del camino al cielo a las prostitutas y un sinnúmero de prácticas con las cuales no puedo estar de acuerdo, me hacen pensar que la incoherencia del rebaño es infinita. Jesús recibió un pan que le ofrecieron por la admiración que le tenían y puso de primero a un mendigo y se lo regaló, en medio de los murmullos de la gente abrazó a una prostituta y le dio todo su amor y su paz mientras les decía: "¿Por qué miras la paja en el ojo ajeno y no el tronco que hay en el tuyo?". Jesús nos demostró que se puede perdonar a un hijo que se fue e ir en contra de la lógica del castigo para volverlo a recibir con amor. Nos dio cátedra cuando dijo: "pon la otra mejilla", o, "al que te quita lo que es tuyo no se lo reclames". También nos enseñó la importancia de dar, de compartir, de ayudar; no sólo a los que amamos, sino al extraño, al que no conocemos, a aquel que nos hace daño. Y aunque estas son frases y actos poderosos y difíciles de seguir, lo sé, ese es el verdadero significado de imitar su vida que es a lo que nos llama su ejemplo. Pero no sólo es la vida de Jesús, sino también la de Mohammed y la de todo aquel profeta que haya profesado las verdaderas enseñanzas. Ambos son del linaje de Abraham, pero nos hemos complicado buscando si la verdad está en los hijos de Isaac o Ismael y tratando de saber quién tiene la razón. La verdad es una sola y es el poder del amor, el verdadero amor por Dios y por el prójimo como el que tenemos por nosotros mismos.

Somos seres imperfectos, el día a día nos consume y nos es difícil hacer una pausa para pensar en todo esto. La religión nos atrapa pero no hacemos una pausa sobre el mensaje: Ateos, creyentes, cristianos, musulmanes, budistas, niños, jóvenes, perdidos, drogados, con camiseta rosada o roja, todos, absolutamente todos, merecemos que nos miren a los ojos como si nos miráramos a través de un espejo.











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